Y cuando todo se acabe, cuando el mar se pliegue sobre si mismo, cuando el volcan escupa dolor, cuando el infierno sea un hogar, cuando la comida sepa a estiercol, cuando las yagas sean placer, cuando el fin sea un deseo, siempre quedaran las mandolinas para recordarme que estoy vivo.
Que quede claro que no escribo poesia ni me gusta, pero hay veces que me sale asi de adentro aunque sea literariamente una porqueria.
¶ 11:31 a. m.