sábado, junio 24, 2006
  El Asesino
El rey hechicero contempló los ojos de su asesino. Apenas entró a la sala, tuvo la visión. Él se encontraba de rodillas dando la espalda a un joven cubierto con una armadura negra, cuyos oscuros cabellos caían escondiendo la parte izquierda del rostro. El muchacho levantaba su espada y lo atravesaba, matándolo instantáneamente. Y lo peor no era su muerte, sino su homicida: el hijo de su hermano menor.

Como el protocolo dictaba, este presentaba a su primogenito ante el rey para que fuera llevado al Altar de Luz, donde los dioses darían su venia para considerarlo heredero al trono, o para que muriera ante la negación divina. En realidad, el monarca sabía que en el cuarto sagrado, los dioses no se hacían presentes y era el soberano de turno quien disponía la vida o la muerte del niño. Por eso era anormal que se presentaran bebés a los dioses: muchos reyes mataban a los infantes ante la menor duda de traición por parte de los padres. Pero la tradición estaba para cumplirse, así le gustara a los padres o no.

Le acercaron al niño y lo tomó en sus brazos. Observó con detenimiento a su sobrino y se preguntó porqué habría esta hermosa criatura de convertirse en tan despiadado ser. Siempre pensó que su hermano menor era el más dulce, sincero y el menos interesado de los 5 descendientes del gran Rey Blanco. No dudaba que sería criado para ser un buen hombre, con la mejor educación, sin rencores y con todo el afecto que un niño puede recibir. Y tantos peros lo confundían.

Elevó al infante ante la corte y después de decir las palabras protocolares, salió de la habitación y se dirigió solo al sagrado recinto. Cerró cuidadosamente la puerta y apoyó al niño sobre el altar. La luz pareció hacerle cosquillas, y su sobrino esbozó una especie de sonrisa que lo obligó a corresponderlo. Pero enseguida recordó la visión. Se acercó lentamente y puso sus dedos alrededor del cuello. Apenas apretó. Pensó que sería muy fácil quitar la vida de un ser tan indefenso. Así que presionó un poquito más, como queriendo ver cuanta resistencia podía poner el joven cuerpo. Imaginó a su hermano llorando la muerte de su primogénito. Pero era su vida la que estaba en juego: ¡la vida del rey! Y de repente, el niño lo tomo de un dedo…

Cuando llegó la sala del trono y levantó el cuerpo del niño por los aires, todos exclamaron de felicidad. Incluso el rey estaba alegre. La visión debía ser un terrible error, un sueño loco de paranoia monarcal. Su hermano menor se acercó a él y, olvidando el protocolo, lo abrazó con el mayor de los cariños. Su cuñada recibió al niño en brazos y beso los anillos reales. Y todos fueron algarabía.

Lo que nadie supo jamás, es la visión que tuvo el niño cuando tocó el dedo de su tío. Vio como este en un exceso de furia apuñalada a su padre en el vientre, acusándolo de traidor, y, ante los gritos desaforados de su madre le cortaba la garganta. Y vio a un niño de 7 años, escondido tras una cortina, que contenía sus sollozos y juraba matar al asesino

 
Comments:
Che que bueno loco, muy, pero muy bueno, pero además de los miércoles pone algun otro dia de post loco.
Abrazo Tato
 
Puse miercoles y sabados.... lo informe antes.... o es que no leiste los demas?... mmmmm
 
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